Infecciones bucales por hongos: su inesperada conexión con el Alzheimer

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Las infecciones por hongos en la boca, conocidas científicamente como candidiasis oral, son más comunes de lo que pensamos. Estos hongos, principalmente la Candida albicans, forman parte natural de nuestro microbioma oral. Sin embargo, cuando proliferan excesivamente, pueden provocar problemas tanto en nuestra salud bucal como, sorprendentemente, en nuestro cerebro.

Un estudio reciente del Baylor College of Medicine ha revelado una conexión preocupante entre estas infecciones bucales y el Alzheimer, abriendo nuevas perspectivas sobre cómo cuidar nuestra salud oral puede impactar directamente en la salud cerebral a largo plazo.

El estudio que revela la conexión con el Alzheimer

Investigadores del Baylor College of Medicine descubrieron que la Candida albicans, el hongo responsable de la candidiasis oral, puede atravesar la barrera hematoencefálica y acceder al cerebro. Allí, provoca una respuesta inflamatoria y contribuye a la formación de placas amiloides, consideradas precursoras del Alzheimer.

El mecanismo es alarmante: este hongo produce una enzima llamada aspartil proteasa que debilita la barrera hematoencefálica, facilitando su entrada al cerebro. Aunque nuestro organismo tiene mecanismos para combatir estos hongos, no siempre son completamente efectivos, lo que subraya la importancia de prevenir estas infecciones desde su origen.

¿Cómo reconocer una infección bucal por hongos?

Identificar tempranamente una infección por hongos puede marcar la diferencia. Estos son los síntomas más comunes:

  • Lengua blanquecina o con manchas blancas
  • Mal aliento persistente
  • Pérdida del gusto o alteraciones en la percepción del sabor
  • Sensación de algodón en la boca
  • Enrojecimiento o dolor en la mucosa bucal
  • Dificultad para comer ciertos alimentos
  • Fisuras y enrojecimiento en las comisuras de los labios (queilitis)

Si experimentas varios de estos síntomas, es recomendable consultar con un profesional de la salud bucal para un diagnóstico adecuado.

Factores de riesgo: ¿quiénes son más propensos?

Ciertos factores aumentan la probabilidad de desarrollar infecciones bucales por hongos:

  • Respiración bucal (en lugar de nasal)
  • Dietas altas en carbohidratos procesados y azúcares
  • Uso de prótesis dentales (especialmente en adultos mayores)
  • Uso frecuente de enjuagues bucales antimicrobianos
  • Tratamientos para el cáncer
  • Uso de inhaladores (por ejemplo, para el asma)
  • Consumo de tabaco
  • Sistema inmunológico debilitado
  • Ciertas condiciones médicas como diabetes o VIH

Cómo prevenir y tratar las infecciones bucales por hongos

La buena noticia es que existen medidas efectivas para prevenir y tratar estas infecciones:

Hábitos diarios para fortalecer tu microbioma oral

  1. Respiración nasal: Practica la respiración nasal y considera el sellado labial nocturno si eres respirador bucal.
  2. Higiene bucal adecuada: Cepilla tus dientes correctamente, usa hilo dental y limpia tu lengua regularmente.
  3. Limpiador lingual: Incorpora un raspador o limpiador lingual a tu rutina diaria de higiene.
  4. Enjuagues naturales: Utiliza enjuagues de agua con sal o técnicas como el oil pulling (enjuague con aceite).

Cambios en el estilo de vida

  • Dieta equilibrada: Reduce el consumo de alimentos procesados, azúcares y carbohidratos refinados.
  • Incorpora prebióticos: Consume alimentos de origen vegetal y fermentados para nutrir tu microbioma oral.
  • Evita enjuagues bucales comerciales: Muchos contienen alcohol y antisépticos que alteran el equilibrio microbiano.
  • Limpieza adecuada de prótesis: Si usas dentaduras, mantenlas impecables.

Tratamientos profesionales

Para casos más severos, tu dentista puede recomendar medicamentos antifúngicos como la nistatina. Sin embargo, es preferible abordar primero las causas subyacentes mediante los cambios en el estilo de vida mencionados.

Conclusión: cuidar tu boca es cuidar tu cerebro

La conexión entre las infecciones bucales por hongos y el Alzheimer nos recuerda la importancia de mantener una buena salud oral. No solo estamos protegiendo nuestra boca, sino también nuestro cerebro a largo plazo.

Es fundamental acudir regularmente al dentista, preferentemente uno con enfoque funcional que comprenda estas conexiones entre la salud bucal y sistémica. Además, considera realizar pruebas del microbioma oral para detectar desequilibrios antes de que se conviertan en problemas mayores.

Tu salud bucal es la puerta de entrada a tu bienestar general. Cuídala como se merece.

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